LUNES.
No uno cualquiera.
Sé que la mayoría de ellos suelen ser interminables, torpes, aburridos, cansados y feos.
Pero el de hoy ha sido distinto; nosé porque decidistes llamar a mi puerta, darme un regalo, y decirme lo mucho que me habías extrañado.
No dije nada, sólo le besé dulcemente cómo hize un tiempo atrás ( al que tanto añoro) y él empezó a besarme apasionadamente, como todas las cosas que suele hacer, en las que deja el alma en ello (...)
Total, te he vuelto a ver en mi cama, acarciandome y dándome un beso en la frente.
Me conoces bien, y tanto...como que he vuelto a caer en tu juego.
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